Favela
Ayer cuando me levanté había crecido un muro frente a nuestra casa. Aún no levantaba un palmo del suelo, aunque era bastante largo, desde la casa de Nuno hasta más allá de la de João. Hoy, antes de marcharme al colegio, vi que el muro seguía creciendo y ya me llegaba al hombro. Ahora ya no se ve la piscina de los otros y se hace más difícil llegar al colegio. Mañana, con suerte, el muro será más alto y Nuno, João y yo podremos jugar al balón contra él.